El Bugatti Divo Lady Bug fue comisionado por un cliente especial a poco tiempo que el auto fue presentado, pero a casi más de dos años del evento, el auto apenas ha sido terminado.
La razón de dicha tardanza en la producción del auto no fue ni es la pandemia, ni que alguna parte de la carrocería o de la mecánica del auto hayan sido hechos a medida del cliente, sino la pintura.
El comprador de los Estados Unidos pidió un patrón geométrico con un efecto de difuminación algorítmico que se adaptara a la forma de la carrocería del auto.
Prueba y error
Diversas soluciones fueron implementadas durante año y medio para tratar que el Bugatti Divo Lady Bug llegara a la realidad.
Simulaciones utilizando datos de CAD, y hasta un vehículo de prueba utilizado para alinear perfectamente cada forma de diamante antes de aplicarlas a la carrocería del hiperdeportivo.
El trabajo resultó ser tan complicado que en algún momento Bugatti pensó contactar al cliente y comentar que no podían cumplir con su petición.
Bugatti Divo Lady Bug, trabajo duro que paga
Pero nunca se dieron por vencidos, finalmente logrando alinear perfectamente los 1,600 diamantes que cubren la carrocería en color rojo especial hecho para el cliente, contrastado por el color Graphite.
Para lograrlo, la carrocería fue pintada en rojo y después se aplicó película de transferencia en el exterior. Cada diamante tiene que estar en la posición correcta antes de aplicar el color contrastante.
Después, de manera extremadamente meticulosa se retira cada diamante para revelar el color rojo debajo y el patrón deseado.
El resultado es impresionante y da la impresión de asemejar a una catarina, que es de donde el Bugatti Divo Lady Bug recibe su apodo.
La firma de Molsheim fabricó 40 Divos, cada uno con un precio de $5 millones, por lo que es fácil deducir que el precio de esta pintura seguramente estará en las seis cifras.