En su período de transición, el equipo de Donald Trump tiene en mente implementar transformaciones radicales en las políticas acerca de los vehículos eléctricos y las emisiones establecidas por la administración de Biden. Su objetivo es impulsar a la industria automotriz y de defensa estadounidense, mientras disminuye el respaldo gubernamental hacia los coches que no generan emisiones.
Según lo informado por Reuters, el equipo de transición de Trump tiene un plan para revertir las políticas de emisiones de Biden e invertir los fondos destinados a estaciones de carga y subsidios para vehículos eléctricos en prioridades relacionadas con la defensa nacional. Entre estas prioridades se encuentra garantizar el suministro de baterías y minerales críticos sin depender de China.
¿Qué significa la posible desaparición del incentivo federal para autos eléctricos?
Dentro de las principales sugerencias se encuentra la eliminación del crédito fiscal de $7,500 para aquellos que compren vehículos eléctricos, así como la imposición de aranceles a nivel global en materiales de baterías para promover la producción local. Estos aranceles también podrían ser utilizados como una herramienta durante negociaciones con países aliados.
De la misma manera, esta estrategia tiene como objetivo detener los fondos restantes del plan de $7.5 mil millones de Biden para la infraestructura de carga y redirigirlos hacia la producción y procesamiento de minerales cruciales para la defensa.
El plan consiste en cambiar las regulaciones de emisiones y eficiencia de combustible implementadas por Biden a los niveles que se tenían en 2019, lo que permitiría un mayor nivel de emisiones y consumo de combustible en los vehículos. También se plantea limitar la autoridad de California para establecer estándares más rigurosos de emisiones, lo cual ha sido adoptado por varios estados.
De acuerdo a la agencia de noticias Reuters, especialistas en el ámbito comercial sugieren ampliar las restricciones para la exportación de tecnologías relacionadas con baterías hacia países enemigos y promover las exportaciones de baterías producidas en Estados Unidos a través del Banco de Exportación e Importación. También recomiendan otorgar exenciones en evaluaciones ambientales para proyectos relacionados con infraestructura, vehículos eléctricos y baterías.
Aunque estas acciones podrían generar un impacto negativo en la transición hacia vehículos con cero emisiones y en las ventas de Tesla y otras marcas, tienen como objetivo fortalecer la capacidad estratégica de Estados Unidos en términos de minerales y tecnologías cruciales para la defensa.
Según la administración Trump, aunque los vehículos eléctricos y las estaciones de carga no son considerados esenciales en términos de defensa, los materiales y componentes utilizados en su fabricación sí lo son.