Estamos acostumbrados a escuchar que los autos deportivos estadounidenses no son tan buenos como los europeos, pero al poner en manos de un buen piloto un Ford Mustang Shelby GT500, esa percepción es rebatida.
Claro que el auto en cuestión no es el muscle car promedio, sino es el Shelby GT500, el más alto de la gama que no sólo tiene más potencia que sus rivales europeos sino que está diseñado para ser una arma en la pista.
A pesar de ello no es un auto fácil de controlar, pero el piloto de Sport Auto, Uwe Sener, cuenta con la habilidad necesaria para domar al purasangre norteamericano y establecer una vuelta de 1:54.60 en la pista de Hockenheim GP.
Shelby GT500, a la par de los deportivos europeos
Con ese tiempo se pone a la par del Aston Martin DBS Superleggera, el Porsche Cayman, y su rival más acérrimo, el Chevrolet Corvette C8.
Por debajo del Shelby GT500 se encuentran varios deportivos europeos, entre ellos el BMW M2 CS, el Porsche Carrera S Cabrio, el McLaren GT, y el Porsche Taycan Turbo S.
Claro que también hay otros autos que han recorrido el circuito alemán en menos tiempo, incluidos el Audi R8 RWD 2020, el BMW M5 Competition F90 y hasta la generación pasada del Corvette Grand Sport. El auto de Ford mejorado por Shelby se ha colocado a menos de medio segundo de distancia de todos ellos.
Muscle car 100%
Para refrescar la memoria, el Shelby GT500 está equipado por un motor V8 de 5.2 litros, auxiliado por un supercargador para producir 760 caballos de fuerza y 625 libras/pie de torsión.
Con una caja de velocidades Tremec de 7 marchas y doble clutch, el muscle car logra acelerar de 0 a 60 millas por hora (96 kilómetros por hora) en 3.5 segundos y recorrer el cuarto de milla en menos de 11 segundos.
A pesar de haber tenido un buen desempeño, el Mustang de más alto nivel todavía tendrá que enfrentarse a un rival más que no ha sido revelado: el Corvette C8 Z06.