El Ford GT40 Mk. II fabricado en 1966, conocido como chasis P/1032, se ha convertido en un símbolo de la determinación de la compañía Ford para revolucionar las carreras de resistencia. A lo largo de su existencia y posterior restauración, este vehículo icónico ha sido representante de la innovación, la durabilidad y un legado histórico inigualable.

Ford GT40: La Revolución que Desafió a Ferrari en Le Mans

En los años 60, la marca Ferrari era la líder indiscutible en las carreras de resistencia, dejando a competidores como Ford muy por detrás. Después de varios intentos fallidos con el modelo GT40 Mk. I, Ford decidió que era necesario un cambio drástico para poder competir. La solución fue el GT40 Mk. II, que contaba con un motor 427 V8 de bloque grande diseñado especialmente para las carreras de NASCAR.

Ford GT40 Mk. II
Ford desarrolló el GT40 Mk. II para competir con Ferrari tras múltiples derrotas en las carreras de resistencia. foto: RM Sotheby’s

Shelby American, en colaboración con Holman-Moody y Alan Mann Racing, tuvo la responsabilidad de modificar el motor del coche para que cumpliera con los requisitos necesarios para competir en carreras de resistencia. Se implementaron mejoras en el sistema de enfriamiento, se añadieron entradas de aire Ram y ventilaciones para los frenos, se perfeccionó la aerodinámica y se fortaleció al auto para que pudiera soportar las exigencias de las competiciones. Todo esto dio como resultado un vehículo que desafiaba directamente el dominio de Ferrari.

La evolución del chasis P/1032: un viaje a través de la ingeniería automotriz

A finales de 1965, el chasis P/1032 fue entregado sin pintar y su primera aparición fue en las 12 Horas de Sebring del año siguiente. Bajo la conducción de Walt Hansgen y Mark Donohue, logró obtener un buen tercer lugar. No obstante, durante las pruebas en Le Mans, ocurrió una tragedia cuando Hansgen falleció en un accidente con otro GT40.

El chasis P/1032 debutó en las 12 Horas de Sebring de 1966, logrando el tercer lugar. foto: RM Sotheby’s

En la famosa carrera de las 24 Horas de Le Mans en 1966, Mark Donohue y Paul Hawkins fueron los encargados de conducir el P/1032 decorado con un diseño llamativo en tonos Emberglo, franjas blancas y parches fluorescentes. Aunque empezaron en la posición número 11, el auto tuvo problemas con la transmisión y tuvo que retirarse luego de solo 12 vueltas. A pesar de esto, el programa GT40 en su totalidad tuvo un gran éxito, logrando un histórico podio 1-2-3 y poniendo fin al dominio de Ferrari.

Vida después de las carreras: ¿qué hacer con tu tiempo libre?

Después de participar en la carrera de Le Mans, el chasis P/1032 se convirtió en una exhibición importante en exposiciones automotrices tanto en Europa como en Estados Unidos, demostrando la innovación de Ford. En 1968, se incluyó en la colección del Museo del Indianapolis Motor Speedway bajo la propiedad de Anton Hulman Jr.

El auto cuenta con un motor 427 V8, diseñado originalmente para NASCAR. foto: RM Sotheby’s

Años más tarde, la compañía Ford Motor Company emprendió una iniciativa de renovación con el objetivo de traer de vuelta al auto a su diseño original del año 1966 cuando participó en Le Mans. A diferencia de otros GT40 Mk. II que fueron modificados significativamente para competir en eventos posteriores, la historia limitada en carreras del P/1032 permitió que se conservara su autenticidad, convirtiéndolo así en uno de los raros ejemplares en su estado original.

Actualmente, en excelente estado, el P/1032 está siendo preparado para ser subastado en el evento de RM Sotheby’s que se llevará a cabo en Miami. Se estima que tiene un valor entre $8 millones y $11 millones, lo que lo convierte en una pieza extremadamente notable de la historia de los automóviles.